En las últimas décadas en la República Dominicana ha ocurrido un fenómeno de desarrollo económico con una inversamente proporcional pobreza mental, y falta de apoyo de la sociedad a la transparencia gubernamental.
Todo cambió debido a que los peledeistas «forzaron el mingo» expresión popular que implica que la tozudez, arrogancia y abusos a los cuales sometió Danilo en sus cuatrienios al pueblo dominicano, al final provocó que muchos abrieran los ojos, expresándose a traves de la marcha verde y los otros grupos sociales que decidieron ir a las calles a reclamar, constituyéndose en una primera oleada social que buscaba transparencia.
En aquel entonces el candidato a la presidencia Luis Abinader se montó en esa ola y se apoyó, buscando capitalizar ese descontento en votos.
La búsqueda de transparencia y buena administración del estado no es algo nuevo, pero quienes las promovían eran luces dispersas en un mar oscuro de media noche, que no tenían chance de ejecutarlas hasta que no viniera alguien, que comprometido con el pueblo lograse alcanzar la silla del Palacio Nacional, como lo hizo Abinader.
Si había algo de retórica en las promesas del PRM, luego del nombramiento de un Ministerio público independiente, se inició un camino sin marcha atrás, donde los dominicanos pudieron percibir por vez primera, la importancia de tener un órgano independiente.
Hoy el presidente, hombre honesto y decidido lleva una «lucha campal» en contra de la mentalidad de los funcionarios de su propio gobierno, que quieren hacerse ricos igual que los peledeistas, pero aún más fuerte es la lucha en contra de muchos dominicanos que eran beneficiarios de malas prácticas, sin hablar de los empresarios que ya han demostrado que bailan en todas las fiestas sin importar el color o bandera política.
El artículo del Listin Diario correspondiente al martes 26 de julio redactado por Carolina Pichardo, Yadimir Crespo y Yasmel Corporán titulado «Los números no cuadran en la entrega de los bonos navideños del gobierno», estableció que si se calculan los montos que tenían las tarjetas desaparecidas o no recibidas, la cifra alcanza RD$591,031,500. exponiendo un supuesto acto de corrupción, que hasta la fecha se presenta como el más grande que llega al gobierno de Abinader.
Los dominicanos tenemos algo muy claro, y es que el presidente no va a permitir retrocesos y falta de transparencia en su gobierno; y en la misma proporción el pueblo no va a tolerarlo. El precio a pagar por parte de la clase política incluyendo al PRM es que la lucha por la transparencia se ha convertido en espada de Damocles colgando sobre la cabeza del gobierno del PRM, al ser el elemento que más popularidad y aprobación le ha dado al gobierno, pero también podria ser lo que más rechazo concilie, si no se cumple a plenitud.
Ya el pueblo ha cambiado y si el gobierno de Abinader no continúa con el cambio ya prometido, rechazando de manera contundente las malas prácticas, no habrá un gobierno de Abinader más allá del 2024, como el caso alegórico de la bola de nieve cuesta abajo, que se hace indetenible.
Melquisedec Canela Ávila M.A.
melcanelaavila@gmail.com
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