El terrible suceso del jueves en la tarde en la ciudad de la Romana pone al descubierto la falta de formación que tienen los policías en la República Dominicana, en especial, cuando analizamos los videos y notamos los fallos en gestión de crisis por parte de los policías actuantes; en otros países se nota que lo primero que se hace es acordonar el área, después se busca a un especialista para negociar con el agresor y a partir de ahí, cualquier irrupción al lugar donde está atrincherado el agresor se hace de manera coordinada, con los equipos y herramientas que puedan garantizar el menor daño posible, tales como gases lacrimógenos, granadas aturdidoras, recursos no letales que pueden provocar la sumisión de un agresor.
El supuesto agresor, un ebanista, hombre tranquilo que vivía en el callejón Guaymate del sector Villa Pereyra de la ciudad de la Romana, víctima de robos constantes, según dicen los vecinos llegó a un estado de zozobra que provocó una catarsis que terminó con la vida de várias personas incluyendo la suya.
Se ha dicho en los medios de comunicación que el señor Daniel Guerrero había interpuesto en varias ocasiones querellas y denuncias sobre los robos que no le dejaban dormir.
De ser cierto estamos ante un sistema de justicia y de persecución de las infracciones casi fallido, y el único responsable de que un ser humano llegase a ese extremo, es el Estado con su marcada indiferencia, sobre todo hacia las personas que no tienen recursos.
Esa responsabilidad se hace extensiva para la clase política que no ha sido capaz de reformar el sistema policial en la República Dominicana. Por ende todas esas faltas a los protocolos, faltas de equipos, falta de personal es prueba del sistema corroído que tenemos. En adición la ausencia de recursos para investigación y formación ya sea para fiscales y policías pone al desnudo la triste realidad nuestra.
Luis Abinader prometió llevar los salarios de los policías a 500 dólares, pero eso no lo soluciona, también se deben formar de manera constante a los policías con los procedimientos que se usan en países desarrollados.
El luto que hoy toca la puerta de familias dominicanas incluyendo a familias de policías es responsabilidad de la misma impunidad que tienen los delincuentes, que en ocasiones son protegidos por quienes están llamados a perseguirlos, ya que a través de esa vía y de la protección al crimen organizado es que muchos logran comer y solventar sus gastos con un salario ínfimo.
Se hace imperativo que nuestras autoridades tomen en cuenta las razones que llevaron al hecho, sobre todo las faltas a los protocolos.
Melquisedec Canela. M.A
melcanelaavila@gmail.com
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