Julio, 07-2022
El honorable ministro de la Presidencia Lisandro Macarrulla Tavárez acaba de anunciar que tomará licencia en el ministerio de la Presidencia de la República Dominicana, decisión vista por muchos como muy desacertada, ya que está dejando a un Ministerio tan importante sin cabeza, mientras él no está fuera ni está dentro.
Macarrulla presidió el CONEP por varios años y en el gobierno de Abinader se dice que representa a la cúpula empresarial y una de las familias más adineradas del país; aunque eso no tiene nada de malo siempre y cuando se haga un gobierno para la gente.
El grupo empresarial que dirige la familia Macarrulla tiene inversiones en varios países de la región incluyendo Haití y República Dominicana, demostrando ser un grupo importante en la economía dominicana, independientemente de las funciones que ostenten en el gobierno.
Las prácticas del pasado gobierno protegidas por la impunidad y falta de controles en la administración pública, desencadenaron en corrupción y pago de supuestas «comisiones» por la adjudicación de obras, esa práctica no es nueva, de hecho, en la conciencia dominicana reposan las denuncias que hizo Guillermo Moreno sobre los famosos «aportes» que se le hacía a la fundación de Leonel por parte de ingenieros y grupos empresariales.
Lisandro cómo padre de uno de los imputados del proceso de corrupción cuyo principal responsable fue «Yanalan», debió desde que se iniciaron los cuestionamientos haber hecho, lo que hizo ayer, sin embargo se quedó, prolongando y haciendo más tortuosa su salida del gobierno, dañando a su familia y a la imagen del gobierno.
Ser empresario no está mal, pero pudo haber defendido a su hijo desde las gradas, exhibiendo mayor gallardía que siendo un funcionario, que debe callar, sobre todo ante el hecho de que toda persona es inocente hasta tanto no haya una sentencia firme que haya adquirido el carácter de la cosa juzgada, por lo que la inocencia es la regla hasta tanto no se demuestre lo contrario en un juicio oral, público y contradictorio.
Muchos entienden que el error ha sido no haber salido completamente del gobierno, ya que deja a un importante ministerio sin funcionario, recordando que preside el gabinete eléctrico, que lamentablemente ha demostrando cierta incapacidad por ser el principal problema de gestión del gobierno dominicano.
Se hace imperativo que, no obstante la amistad que tenga el primer mandatario y la seriedad a que adorna a esa familia, sea en lo inmediato nombrado a un ministro capaz y que ejecute en primer línea los planes de desarrollo del gobierno dominicano.
Melquisedec Canela Avila.
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